Compartimos con los jóvenes de la diócesis un rato de oración y reflexión a la luz de una lectura bíblica acompañados por Mons Ojea o Mons Fassi. Se realiza un martes a la noche por mes, en parroquias de la diócesis que nos van recibiendo. Después de rezar juntos, nos alegra disfrutar de un rato de charla y algo para comer.

Esta iniciativa surgió tras la Jornada Mundial de la Juventud que encabezó el papa Francisco en Río de Janeiro, Brasil, y que promueve los encuentros fraternos entre distintos jóvenes para profundizar en la plegaria.

En un mensaje de convocatoria, el obispo valoró estos espacios donde se puede recibir la palabra de Dios: “No es una palabra cualquiera, esta palabra necesita ser escuchada en silencio. El silencio es como la atmósfera de la palabra y el silencio es también un lenguaje, pero es un lenguaje de amor. La palabra de la escritura penetra dentro de nosotros pero a través del silencio del corazón”.

Monseñor Ojea apuntó que es necesario aprender a “rumiar” la palabra de Dios a través de la lectura orante, o lectio divina, que permite “ir penetrando lentamente en lo que nos dice el Señor”, haciendo preguntas, facilitando la escucha y finalmente agradeciendo a Dios.

“Yo los invito de todo corazón a estos encuentros, encuentros en donde vienen jóvenes de distintas parroquias, de distintas comunidades para unirnos en la oración y para poder dejarnos penetrar por el amor de Dios que nos hace cristianos y que nos hace comunidad y en ese silencio poder escuchar la misión a la cual él nos envía, llenos de amor, a ser testigos de su amor en cada rincón en donde nosotros estemos”, concluyó el obispo.