Actividades de Pentecostés 2020

“¿Cómo cambió mi fe?”

Del Evangelio de Mateo 14,22-33

Después de esto, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca, para que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente. Cuando la hubo despedido, Jesús subió a un cerro, para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo:
—¡Es un fantasma!
Pero Jesús les habló, diciéndoles:
—¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!
Entonces Pedro le respondió:
—Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.
—Ven —dijo Jesús.
Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:
—¡Sálvame, Señor!
Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo:
—¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?
En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron:
—¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!

A veces nos sentimos perdidos, con el viento en contra. No tenemos un rumbo y sentimos golpes de de todos lados que nos desalientan a seguir. Jesús es ese que se nos acerca, aunque no lo reconozcamos y nos dice: “Calma”. Es ahí, en los momentos más dificiles cuando Jesús viene a calmarnos y a guiarnos. Por eso no debemos olvidarnos que siempre nos acompaña y siempre nos va a encontrar para ayudarnos. Jesús no se nos va a aparecer con fuegos artificiales caminando sobre el agua llamándonos. No tenemos que pedirle a Jesús que nos salve, él conoce nuestros corazones y siempre va a venir a acompañarnos. Por eso debemos tener fe. Lo vemos en el día a día, de formas sutiles, en el otro. A veces es en gestos, a veces en una conversación y otras en una acción, pero siempre va a ser a través de las personas. Ya sea un amigo que se preocupa por nosotros y nos pregunta cómo estamos, un coordinador cuando nos comparte su reflexión o cuando un compañero nos acompaña a misa. No solo cuando alguien hace algo por nosotros, sino cuando hacemos algo por alguien más, es en esa comunión donde aparece Jesús. En los momentos más fuertes, siempre hubo alguien para acompañarnos y para salvarnos, para ayudarnos a salir adelante. No solo en los momentos malos, para nada, también y más en los momentos en los que nos sentimos mejor, en los que nos sentimos amados y florece ese amor, ahí está Jesús manifestándose en el Espíritu Santo, en esos momentos en que nuestra fe estalla y llena todo nuestro cuerpo. 

Te invitamos a que elijas a una persona que haya sido importante en tu vida de fe. Alguien que haya marcado tu vida de fe, puede ser un compañero de confirmación, un tío, tu ahijado, un coordinador, tu hermana. Una vez que hayas elegido a esa persona, te invitamos a que te pongas en contacto con ella, ya sea una llamada o un mensaje de texto e invitala a que ambos respondan cómo están viviendo su vida de fé en esta época. ¿Se les hace más fácil o más difícil?¿La falta de vínculos presenciales con otras personas afectan mi relación con Dios?¿Me cuesta ver a Jesús sin poder ver a las personas que más me acercan a él? Tomense el tiempo que les lleve, puede ser 15 minutos o 2 horas. Lo importante es que puedan responder al otro y a uds mismos esta pregunta.

¿Cómo estoy viviendo mi fe en la época de cuarentena?

Les dejamos algunas preguntas para que puedan profundizar en su charla:

  • ¿Sentís que tu fe está al 100%?
  • ¿Qué lugar le estás dando a Dios en tu vida diaria?
  • ¿Sentís que te falta una parroquia donde compartir tu fe?
  • ¿Cuál fue el momento en que tu fe explotó(tu confirmación, un retiro, una experiencia)?¿Cómo cambió tu relación con Dios desde ese momento?
  • ¿Qué es lo que más se me complica en mi vida de fe al no poder salir de mi casa?
  • ¿Qué sentís que te detiene a vivir tu fe?
  • ¿Cómo está mi ánimo?¿Sentís que tu estado de ánimo influye en las ganas de vivir tu fé?
  • ¿Qué o quién suele ser tu guía en los momentos difíciles?¿Seguís teniendo esa guía ahora?
  • ¿Cuál fue el momento de fe más fuerte que compartiste con esta persona que estás conversando?
  • ¿Dónde encontrás a Jesús en tu vida cotidiana de cuarentena?¿En qué acciones situaciones o personas?
  • ¿Qué extrañas o qué te falta de tu vida antes de la cuarentena?
  • ¿Qué cosas de lo que estás viviendo te acercan más?
  • ¿Estás aprovechando este momento para profundizar 
  • ¿Qué hacés o qué podés hacer para que los demás también profundicen en su fe?